El Tiempo del alma

lunedì 5 marzo 2018

ITINERARIO DEL ALMA - Parte 1

El camino parte del Misterio llamado Dios, donde no existe el tiempo ni el espacio, ni la separatividad, ni la existencia. El alma inicia su viaje desde los planos de la Luz purísima. Desde el inicio de su travesía el alma se halla fuertemente ligada con el Origen, incluso durante su experiencia en el mundo material, ese vinculo primordial permanece grabado en sus profundidades.
El camino parte de Dios para volver nuevamente a El. El final del viaje es el retorno consciente a Dios.Es precisamente ese vinculo original el que permanentemente la atrae como un imán hacia la Fuente.
Desde el más puro Misterio siente el impulso de experimentar la creación, y es por ello que surge su manifestación en el mundo de la forma.Es la experiencia vital del alma encarnada.
Lo maravilloso de su travesía y lo que da sentido a su viaje es finalmente descubrir su verdadera identidad. Para que el Ser alcance el desarrollo pleno de su conciencia es necesario que atraviese innumerables experiencias vitales.
Lo experimentado por el alma a través de sus encarnaciones esta guiado por la Conciencia Superior.Desde los reinos superiores se preparan los acontecimientos a ser vividos que resultan útiles para el desarrollo de la conciencia. Cada experiencia contribuye a este desarrollo.
El alma en su descenso a la materia va conociendo la densidad y si bien se va alejando de la claridad de lo luminoso se acerca a experimentar la vida.
El alma va atravesando distintos planos hasta completar el proceso de encarnación. El pasaje del estado de energía al estado de materia hace que disminuyan aun más las vibraciones de su conciencia. Cabe señalar que la metáfora de que el alma bebe en el río del olvido antes de encarnar en forma física significa que, cuando penetra en la atmosfera terrestre y disminuyen sus vibraciones se desconecta de lo ya aprendido.
Cuando la atmosfera es muy densa y el vehiculo en el que se encuentra también, sufre a causa del oscurecimiento que la mantiene en una sensación de desconexión. Se siente perdida y adormecida, la atmosfera densa y oscura la desvitaliza. Por ello cuando la persona vibra en niveles bajos de conciencia todos sus vehículos tienen una mayor densidad y el alma se ve muy dificultada en su expresión.
El alma sufre la reclusión y las limitaciones de la vida terrenal. Cuando el alma está encarnada la densidad misma de la materia no le permite transmitir todas sus sensaciones.La imagen que puede representar este estado del alma es el de sentirse cautiva.Densas capas energéticas la mantienen en una sensación de aislamiento de su verdadero hogar, lugar de nacimiento y morada definitiva.
 Lic.Annamaria Saracco.

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